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Bilder - Fotos aus: Sigmaringen

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Sigmaringer Schloß

loudstone posted a photo:

Sigmaringer Schloß

- beim Donauwehr.

- 30 Mar 2024 00:54:47 -
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Sigmaringen und Schloß vom Josephsberg

loudstone posted a photo:

Sigmaringen und Schloß vom Josephsberg

Also von der Südseite her betrachtet. Durch die erhabene Lage wirkt das Schloß längst nicht mehr so dominant. Aber wenn man wieder bergab steigt ist man auch wieder "Untertan"...
Auch hier wurden 10 Hochkantbilder zu einem Panorama zusammengefasst mit dem Image Composit Editor von Microsoft. Rauschunterdrückung und Schärfen: Luminar Neo.

- 29 Mar 2024 15:30:38 -
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Sigmaringer Schloß über der Donau

loudstone posted a photo:

Sigmaringer Schloß über der Donau

Hier als Einzelaufnahme.
Das Schloß war kein Bauwerk, das in kurzer Zeit errichtet worden ist: Der älteste vorhandene Teil sind die unteren Stockwerke des von 1077 stammenden Bergfrieds. (ziemlich mittig). Weitere Teile wurden im 12. Jh hinzugefügt. Ab Ende des 15. Jhs nahm die Anlage schloßähnliche Gestalt an. Im 17. Jh erfolgten weitere großzügige Anbauten, die allerdings bei dem ersten Brand 1658 in Mitleidenschaft gezogen wurden.Baumeister Michael Beer leitete und vergrößerte die Bebauung des Felsens über der Donau.
Joseph Laur renovierte 1860 - 76 die Gesamtanlage, die dann
1893 in einem Brand, der besonders den Ostteil betraf (linke Bildhälfte), wieder verwüstet wurde. Ab 1895 begannen die Ausbesserungsarbeiten die dann dem Schloß diesen
romantischen " Touch" gaben. 1906 war der Bau, wie wir ihn heute sehen, fertig.

- 25 Mar 2024 01:49:05 -
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Das Sigmaringer Schloß

loudstone II posted a photo:

Das Sigmaringer Schloß

von der gegenüberliegenden Donauseite aus.

- 24 Mar 2024 11:42:03 -
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Do not disturb

Pinoy Fritz posted a photo:

Do not disturb

photographed on July 19, 2023
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© Fritz ZFG 2024 All Rights Reserved
Please do not use this image on any website, blog
or other media without my express permission.
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- 07 Mar 2024 01:02:15 -
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0080- Kirche St. Johann -UNA PRECIOSIDAD DE TORRE - SIGMARINGEN -

--MARCO POLO-- posted a photo:

0080- Kirche St. Johann -UNA PRECIOSIDAD DE TORRE - SIGMARINGEN -

Castillo de Sigmaringa
El castillo de Sigmaringa (en alemán: Schloss Sigmaringen) es una antigua fortaleza en el pequeño pueblo alemán de Sigmaringa (Baden-Wurtemberg), que fue la última sede del gobierno colaboracionista francés de Philippe Pétain durante la Segunda Guerra Mundial.
El castillo perteneció a una de las dos grandes ramas de los Hohenzollern, la de Suabia, que permaneció fiel a Roma tras la Reforma, mientras que los parientes de Prusia se pasaron al protestantismo. Estos últimos se apoderaron de las tierras eclesiásticas y formaron con ellas el ducado de Prusia, que sería el germen del Imperio alemán, en tanto que la rama de Suabia recibió de Carlos V el condado de Sigmaringen como premio por su fidelidad. Cuando Napoleón rediseñó el mapa político de Europa, les convirtió en Príncipes independientes, aunque la gloria fue muy efímera, pues en 1849 el territorio quedó agregado a Prusia. Fue ocupado por los suecos en 1632 y liberado por las tropas imperiales en 1633
La rama católica dio algunos personajes famosos: uno de ellos, san Fidelio, predicador de la Contrarreforma, asesinado por los protestantes. Este castillo sigue perteneciendo a los Hohenzollern Sigmaringen y su titular actual es el príncipe Jorge-Federico, quien ya no lo utiliza como residencia familiar, aunque sí para determinados actos sociales: bodas y celebraciones tienen lugar en el antiguo dormitorio que usaba durante sus estancias el emperador Guillermo I, y que se calentaba con una gigantesca estufa de loza. La decisión parece razonable si tenemos en cuenta que, aunque hoy esté abierto al disfrute de los visitantes, ha de cerrarse en invierno porque en su interior hace más frío que en las calles, y eso que tras el incendio de 1893 se instaló la electricidad. Por cierto, esa no fue la primera visita del fuego, hubo otra anterior en el siglo XVI que destruyó buena parte del castillo. De ahí que el visitante constate sin dificultades varias etapas constructivas.
Este castillo cambió la historia de un país, Rumania, después de que Moldavia y Valaquia se liberaran del protectorado ruso. Como consecuencia de la Paz de París en 1856, apareció en el mapa de Europa un nuevo Estado que, tras unos primeros años azarosos y tras el destronamiento del príncipe Cuza, encontró una dinastía con Carlos de Hohenzollern Sigmaringen. Hijo del príncipe Carlos Antonio, nació en este castillo en 1839. Con el apoyo de Napoleón III fue proclamado rey en 1866.
El castillo, en cambio, no pudo variar la historia de España, aunque poco le faltó. Destronada la reina Isabel II por la revolución de 1868 y habiendo establecido las Cortes la monarquía democrática el 11 de febrero de 1869, el general Prim, árbitro de la situación, se dedicó a buscar un titular idóneo en alguna casa real de Europa. Al no prosperar diversas candidaturas, comenzó a airearse el nombre de Leopoldo de Hohenzollern-Sigmaringen. Este era católico y se había casado con la princesa Antonia de Portugal. Pero desde el principio se pronunció en contra Napoleón III, quien ya se había opuesto a la candidatura de Montpensier por razones personales y dinásticas. Consideraba la de un Hollenzollern como atentatoria contra los intereses franceses. Aun así, fracasadas las otras opciones, Prim, con el apoyo de Sagasta y los progresistas, hizo una oferta concreta a Leopoldo en febrero de 1870.
Otto von Bismarck envió negociadores a Madrid en el mes de abril, cuyas gestiones fueron por tan buen camino que recibieron el espaldarazo del Rey de Prusia el 21 de junio. Y cuando sólo faltaba la aprobación del Congreso de los Diputados, una indiscreción de Ruiz Zorrilla puso sobre aviso al embajador francés, que informó con toda diligencia a París. Esto dio lugar a la oposición frontal de Napoleón III y, cuando el general Prim hizo pública la candidatura, el 6 de julio, Napoleón la consideró como el mayor de los agravios. Los Hohenzollern se apresuraron a renunciar, pero los ánimos estaban tan encrespados entre los dos países que un hecho menor, el llamado «Incidente de Ems», fue el casus belli de la Guerra franco-prusiana declarada el 19 de julio, que en Sedán le costaría la corona al Emperador francés.
Época de Pétain
Casi un siglo después, el castillo fue escenario de otra página dramática en la historia de Francia y Alemania en el momento en que, tras el desembarco de Normandía el 6 de junio de 1944, los nazis hubieron de batirse en retirada del territorio francés. En julio de ese año, la ciudad de Vichy, que había sido la sede del Gobierno colaboracionista establecido tras el armisticio, estaba casi abandonada y los alemanes decidieron establecer una nueva capital en Belfort. Con tal fin evacuaron, el 20 de agosto, al mariscal Philippe Pétain, jefe del Estado francés, y lo instalaron en el castillo de Morvillars, cerca de esa última ciudad. Pero la estancia fue breve porque debido al avance aliado Belfort se convirtió en zona de guerra y el viejo mariscal tuvo que soportar un nuevo traslado forzoso en septiembre, ahora ya a territorio alemán, concretamente a Sigmaringa.
La localidad de Sigmaringa fue entonces el refugio final de los colaboracionistas franceses que habían servido en el Régimen de Vichy, donde se instalaron en un «Comité gubernamental para protección de los intereses franceses en Alemania» en vista que Pétain se negó a actuar como jefe de Estado francés estando en territorio alemán. El castillo de Sigmaringen fue utilizado entonces para alojar a Pétain y a su esposa desde septiembre de 1944, siendo alojados en las habitaciones principales del castillo; el primer ministro de Vichy, Pierre Laval, también fue instalado en el castillo, aunque en una parte de menor tamaño.
El resto de los colaboracionistas franceses fue alojado apresuradamente en diversos edificios de la ciudad de Sigmaringa junto con centenares de civiles franceses pronazis que llegaban como refugiados, instalándose allí una especie de gobierno en el exilio, plagado de divisiones internas, y que ni siquiera controlaba a las tropas de colaboracionistas franceses que para entonces combatían al lado de la Wehrmacht en otros puntos de Alemania.
Hacia el final de la guerra en abril de 1945, tropas estadounidenses tomaron Sigmaringa y devolvieron a Francia a los colaboracionistas allí refugiados.
Edificio
Este castillo se asentó sobre unas ruinas de origen romano, si bien los restos actuales más antiguos datan de la Edad Media, y el cuerpo principal se inició en el Renacimiento, completándose en los siglos posteriores. El visitante entra en el recinto doblemente amurallado para llegar a un patio que constituye la puerta de acceso a la sala noble contemporánea. Junto a esta, el escudo de la familia y la divisa: «Nihil sine Deo». Llama la atención la huella de la actividad bélica de la familia propietaria, apreciable en la sala de los cañones y en la de armas, esta última con una impresionante colección de artículos de guerra recogidos a lo largo de los años. (Wikipedia)

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- 29 Feb 2024 02:38:06 -
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0081- TEJADOS DE SIGMARINGEN

--MARCO POLO-- posted a photo:

0081- TEJADOS DE SIGMARINGEN

Castillo de Sigmaringa
El castillo de Sigmaringa (en alemán: Schloss Sigmaringen) es una antigua fortaleza en el pequeño pueblo alemán de Sigmaringa (Baden-Wurtemberg), que fue la última sede del gobierno colaboracionista francés de Philippe Pétain durante la Segunda Guerra Mundial.
El castillo perteneció a una de las dos grandes ramas de los Hohenzollern, la de Suabia, que permaneció fiel a Roma tras la Reforma, mientras que los parientes de Prusia se pasaron al protestantismo. Estos últimos se apoderaron de las tierras eclesiásticas y formaron con ellas el ducado de Prusia, que sería el germen del Imperio alemán, en tanto que la rama de Suabia recibió de Carlos V el condado de Sigmaringen como premio por su fidelidad. Cuando Napoleón rediseñó el mapa político de Europa, les convirtió en Príncipes independientes, aunque la gloria fue muy efímera, pues en 1849 el territorio quedó agregado a Prusia. Fue ocupado por los suecos en 1632 y liberado por las tropas imperiales en 1633
La rama católica dio algunos personajes famosos: uno de ellos, san Fidelio, predicador de la Contrarreforma, asesinado por los protestantes. Este castillo sigue perteneciendo a los Hohenzollern Sigmaringen y su titular actual es el príncipe Jorge-Federico, quien ya no lo utiliza como residencia familiar, aunque sí para determinados actos sociales: bodas y celebraciones tienen lugar en el antiguo dormitorio que usaba durante sus estancias el emperador Guillermo I, y que se calentaba con una gigantesca estufa de loza. La decisión parece razonable si tenemos en cuenta que, aunque hoy esté abierto al disfrute de los visitantes, ha de cerrarse en invierno porque en su interior hace más frío que en las calles, y eso que tras el incendio de 1893 se instaló la electricidad. Por cierto, esa no fue la primera visita del fuego, hubo otra anterior en el siglo XVI que destruyó buena parte del castillo. De ahí que el visitante constate sin dificultades varias etapas constructivas.
Este castillo cambió la historia de un país, Rumania, después de que Moldavia y Valaquia se liberaran del protectorado ruso. Como consecuencia de la Paz de París en 1856, apareció en el mapa de Europa un nuevo Estado que, tras unos primeros años azarosos y tras el destronamiento del príncipe Cuza, encontró una dinastía con Carlos de Hohenzollern Sigmaringen. Hijo del príncipe Carlos Antonio, nació en este castillo en 1839. Con el apoyo de Napoleón III fue proclamado rey en 1866.
El castillo, en cambio, no pudo variar la historia de España, aunque poco le faltó. Destronada la reina Isabel II por la revolución de 1868 y habiendo establecido las Cortes la monarquía democrática el 11 de febrero de 1869, el general Prim, árbitro de la situación, se dedicó a buscar un titular idóneo en alguna casa real de Europa. Al no prosperar diversas candidaturas, comenzó a airearse el nombre de Leopoldo de Hohenzollern-Sigmaringen. Este era católico y se había casado con la princesa Antonia de Portugal. Pero desde el principio se pronunció en contra Napoleón III, quien ya se había opuesto a la candidatura de Montpensier por razones personales y dinásticas. Consideraba la de un Hollenzollern como atentatoria contra los intereses franceses. Aun así, fracasadas las otras opciones, Prim, con el apoyo de Sagasta y los progresistas, hizo una oferta concreta a Leopoldo en febrero de 1870.
Otto von Bismarck envió negociadores a Madrid en el mes de abril, cuyas gestiones fueron por tan buen camino que recibieron el espaldarazo del Rey de Prusia el 21 de junio. Y cuando sólo faltaba la aprobación del Congreso de los Diputados, una indiscreción de Ruiz Zorrilla puso sobre aviso al embajador francés, que informó con toda diligencia a París. Esto dio lugar a la oposición frontal de Napoleón III y, cuando el general Prim hizo pública la candidatura, el 6 de julio, Napoleón la consideró como el mayor de los agravios. Los Hohenzollern se apresuraron a renunciar, pero los ánimos estaban tan encrespados entre los dos países que un hecho menor, el llamado «Incidente de Ems», fue el casus belli de la Guerra franco-prusiana declarada el 19 de julio, que en Sedán le costaría la corona al Emperador francés.
Época de Pétain
Casi un siglo después, el castillo fue escenario de otra página dramática en la historia de Francia y Alemania en el momento en que, tras el desembarco de Normandía el 6 de junio de 1944, los nazis hubieron de batirse en retirada del territorio francés. En julio de ese año, la ciudad de Vichy, que había sido la sede del Gobierno colaboracionista establecido tras el armisticio, estaba casi abandonada y los alemanes decidieron establecer una nueva capital en Belfort. Con tal fin evacuaron, el 20 de agosto, al mariscal Philippe Pétain, jefe del Estado francés, y lo instalaron en el castillo de Morvillars, cerca de esa última ciudad. Pero la estancia fue breve porque debido al avance aliado Belfort se convirtió en zona de guerra y el viejo mariscal tuvo que soportar un nuevo traslado forzoso en septiembre, ahora ya a territorio alemán, concretamente a Sigmaringa.
La localidad de Sigmaringa fue entonces el refugio final de los colaboracionistas franceses que habían servido en el Régimen de Vichy, donde se instalaron en un «Comité gubernamental para protección de los intereses franceses en Alemania» en vista que Pétain se negó a actuar como jefe de Estado francés estando en territorio alemán. El castillo de Sigmaringen fue utilizado entonces para alojar a Pétain y a su esposa desde septiembre de 1944, siendo alojados en las habitaciones principales del castillo; el primer ministro de Vichy, Pierre Laval, también fue instalado en el castillo, aunque en una parte de menor tamaño.
El resto de los colaboracionistas franceses fue alojado apresuradamente en diversos edificios de la ciudad de Sigmaringa junto con centenares de civiles franceses pronazis que llegaban como refugiados, instalándose allí una especie de gobierno en el exilio, plagado de divisiones internas, y que ni siquiera controlaba a las tropas de colaboracionistas franceses que para entonces combatían al lado de la Wehrmacht en otros puntos de Alemania.
Hacia el final de la guerra en abril de 1945, tropas estadounidenses tomaron Sigmaringa y devolvieron a Francia a los colaboracionistas allí refugiados.
Edificio
Este castillo se asentó sobre unas ruinas de origen romano, si bien los restos actuales más antiguos datan de la Edad Media, y el cuerpo principal se inició en el Renacimiento, completándose en los siglos posteriores. El visitante entra en el recinto doblemente amurallado para llegar a un patio que constituye la puerta de acceso a la sala noble contemporánea. Junto a esta, el escudo de la familia y la divisa: «Nihil sine Deo». Llama la atención la huella de la actividad bélica de la familia propietaria, apreciable en la sala de los cañones y en la de armas, esta última con una impresionante colección de artículos de guerra recogidos a lo largo de los años. (Wikipedia)

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- 29 Feb 2024 02:38:07 -
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0082- PUERTA DE ACCESO AL CASTILLO DE SIGMARINGEN

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0082- PUERTA DE ACCESO AL CASTILLO DE SIGMARINGEN

Castillo de Sigmaringa
El castillo de Sigmaringa (en alemán: Schloss Sigmaringen) es una antigua fortaleza en el pequeño pueblo alemán de Sigmaringa (Baden-Wurtemberg), que fue la última sede del gobierno colaboracionista francés de Philippe Pétain durante la Segunda Guerra Mundial.
El castillo perteneció a una de las dos grandes ramas de los Hohenzollern, la de Suabia, que permaneció fiel a Roma tras la Reforma, mientras que los parientes de Prusia se pasaron al protestantismo. Estos últimos se apoderaron de las tierras eclesiásticas y formaron con ellas el ducado de Prusia, que sería el germen del Imperio alemán, en tanto que la rama de Suabia recibió de Carlos V el condado de Sigmaringen como premio por su fidelidad. Cuando Napoleón rediseñó el mapa político de Europa, les convirtió en Príncipes independientes, aunque la gloria fue muy efímera, pues en 1849 el territorio quedó agregado a Prusia. Fue ocupado por los suecos en 1632 y liberado por las tropas imperiales en 1633
La rama católica dio algunos personajes famosos: uno de ellos, san Fidelio, predicador de la Contrarreforma, asesinado por los protestantes. Este castillo sigue perteneciendo a los Hohenzollern Sigmaringen y su titular actual es el príncipe Jorge-Federico, quien ya no lo utiliza como residencia familiar, aunque sí para determinados actos sociales: bodas y celebraciones tienen lugar en el antiguo dormitorio que usaba durante sus estancias el emperador Guillermo I, y que se calentaba con una gigantesca estufa de loza. La decisión parece razonable si tenemos en cuenta que, aunque hoy esté abierto al disfrute de los visitantes, ha de cerrarse en invierno porque en su interior hace más frío que en las calles, y eso que tras el incendio de 1893 se instaló la electricidad. Por cierto, esa no fue la primera visita del fuego, hubo otra anterior en el siglo XVI que destruyó buena parte del castillo. De ahí que el visitante constate sin dificultades varias etapas constructivas.
Este castillo cambió la historia de un país, Rumania, después de que Moldavia y Valaquia se liberaran del protectorado ruso. Como consecuencia de la Paz de París en 1856, apareció en el mapa de Europa un nuevo Estado que, tras unos primeros años azarosos y tras el destronamiento del príncipe Cuza, encontró una dinastía con Carlos de Hohenzollern Sigmaringen. Hijo del príncipe Carlos Antonio, nació en este castillo en 1839. Con el apoyo de Napoleón III fue proclamado rey en 1866.
El castillo, en cambio, no pudo variar la historia de España, aunque poco le faltó. Destronada la reina Isabel II por la revolución de 1868 y habiendo establecido las Cortes la monarquía democrática el 11 de febrero de 1869, el general Prim, árbitro de la situación, se dedicó a buscar un titular idóneo en alguna casa real de Europa. Al no prosperar diversas candidaturas, comenzó a airearse el nombre de Leopoldo de Hohenzollern-Sigmaringen. Este era católico y se había casado con la princesa Antonia de Portugal. Pero desde el principio se pronunció en contra Napoleón III, quien ya se había opuesto a la candidatura de Montpensier por razones personales y dinásticas. Consideraba la de un Hollenzollern como atentatoria contra los intereses franceses. Aun así, fracasadas las otras opciones, Prim, con el apoyo de Sagasta y los progresistas, hizo una oferta concreta a Leopoldo en febrero de 1870.
Otto von Bismarck envió negociadores a Madrid en el mes de abril, cuyas gestiones fueron por tan buen camino que recibieron el espaldarazo del Rey de Prusia el 21 de junio. Y cuando sólo faltaba la aprobación del Congreso de los Diputados, una indiscreción de Ruiz Zorrilla puso sobre aviso al embajador francés, que informó con toda diligencia a París. Esto dio lugar a la oposición frontal de Napoleón III y, cuando el general Prim hizo pública la candidatura, el 6 de julio, Napoleón la consideró como el mayor de los agravios. Los Hohenzollern se apresuraron a renunciar, pero los ánimos estaban tan encrespados entre los dos países que un hecho menor, el llamado «Incidente de Ems», fue el casus belli de la Guerra franco-prusiana declarada el 19 de julio, que en Sedán le costaría la corona al Emperador francés.
Época de Pétain
Casi un siglo después, el castillo fue escenario de otra página dramática en la historia de Francia y Alemania en el momento en que, tras el desembarco de Normandía el 6 de junio de 1944, los nazis hubieron de batirse en retirada del territorio francés. En julio de ese año, la ciudad de Vichy, que había sido la sede del Gobierno colaboracionista establecido tras el armisticio, estaba casi abandonada y los alemanes decidieron establecer una nueva capital en Belfort. Con tal fin evacuaron, el 20 de agosto, al mariscal Philippe Pétain, jefe del Estado francés, y lo instalaron en el castillo de Morvillars, cerca de esa última ciudad. Pero la estancia fue breve porque debido al avance aliado Belfort se convirtió en zona de guerra y el viejo mariscal tuvo que soportar un nuevo traslado forzoso en septiembre, ahora ya a territorio alemán, concretamente a Sigmaringa.
La localidad de Sigmaringa fue entonces el refugio final de los colaboracionistas franceses que habían servido en el Régimen de Vichy, donde se instalaron en un «Comité gubernamental para protección de los intereses franceses en Alemania» en vista que Pétain se negó a actuar como jefe de Estado francés estando en territorio alemán. El castillo de Sigmaringen fue utilizado entonces para alojar a Pétain y a su esposa desde septiembre de 1944, siendo alojados en las habitaciones principales del castillo; el primer ministro de Vichy, Pierre Laval, también fue instalado en el castillo, aunque en una parte de menor tamaño.
El resto de los colaboracionistas franceses fue alojado apresuradamente en diversos edificios de la ciudad de Sigmaringa junto con centenares de civiles franceses pronazis que llegaban como refugiados, instalándose allí una especie de gobierno en el exilio, plagado de divisiones internas, y que ni siquiera controlaba a las tropas de colaboracionistas franceses que para entonces combatían al lado de la Wehrmacht en otros puntos de Alemania.
Hacia el final de la guerra en abril de 1945, tropas estadounidenses tomaron Sigmaringa y devolvieron a Francia a los colaboracionistas allí refugiados.
Edificio
Este castillo se asentó sobre unas ruinas de origen romano, si bien los restos actuales más antiguos datan de la Edad Media, y el cuerpo principal se inició en el Renacimiento, completándose en los siglos posteriores. El visitante entra en el recinto doblemente amurallado para llegar a un patio que constituye la puerta de acceso a la sala noble contemporánea. Junto a esta, el escudo de la familia y la divisa: «Nihil sine Deo». Llama la atención la huella de la actividad bélica de la familia propietaria, apreciable en la sala de los cañones y en la de armas, esta última con una impresionante colección de artículos de guerra recogidos a lo largo de los años. (Wikipedia)

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- 29 Feb 2024 02:38:07 -
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0075- UN RINCÓN DE SIGMARINGEN

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0075- UN RINCÓN DE SIGMARINGEN

Castillo de Sigmaringa
El castillo de Sigmaringa (en alemán: Schloss Sigmaringen) es una antigua fortaleza en el pequeño pueblo alemán de Sigmaringa (Baden-Wurtemberg), que fue la última sede del gobierno colaboracionista francés de Philippe Pétain durante la Segunda Guerra Mundial.
El castillo perteneció a una de las dos grandes ramas de los Hohenzollern, la de Suabia, que permaneció fiel a Roma tras la Reforma, mientras que los parientes de Prusia se pasaron al protestantismo. Estos últimos se apoderaron de las tierras eclesiásticas y formaron con ellas el ducado de Prusia, que sería el germen del Imperio alemán, en tanto que la rama de Suabia recibió de Carlos V el condado de Sigmaringen como premio por su fidelidad. Cuando Napoleón rediseñó el mapa político de Europa, les convirtió en Príncipes independientes, aunque la gloria fue muy efímera, pues en 1849 el territorio quedó agregado a Prusia. Fue ocupado por los suecos en 1632 y liberado por las tropas imperiales en 1633
La rama católica dio algunos personajes famosos: uno de ellos, san Fidelio, predicador de la Contrarreforma, asesinado por los protestantes. Este castillo sigue perteneciendo a los Hohenzollern Sigmaringen y su titular actual es el príncipe Jorge-Federico, quien ya no lo utiliza como residencia familiar, aunque sí para determinados actos sociales: bodas y celebraciones tienen lugar en el antiguo dormitorio que usaba durante sus estancias el emperador Guillermo I, y que se calentaba con una gigantesca estufa de loza. La decisión parece razonable si tenemos en cuenta que, aunque hoy esté abierto al disfrute de los visitantes, ha de cerrarse en invierno porque en su interior hace más frío que en las calles, y eso que tras el incendio de 1893 se instaló la electricidad. Por cierto, esa no fue la primera visita del fuego, hubo otra anterior en el siglo XVI que destruyó buena parte del castillo. De ahí que el visitante constate sin dificultades varias etapas constructivas.
Este castillo cambió la historia de un país, Rumania, después de que Moldavia y Valaquia se liberaran del protectorado ruso. Como consecuencia de la Paz de París en 1856, apareció en el mapa de Europa un nuevo Estado que, tras unos primeros años azarosos y tras el destronamiento del príncipe Cuza, encontró una dinastía con Carlos de Hohenzollern Sigmaringen. Hijo del príncipe Carlos Antonio, nació en este castillo en 1839. Con el apoyo de Napoleón III fue proclamado rey en 1866.
El castillo, en cambio, no pudo variar la historia de España, aunque poco le faltó. Destronada la reina Isabel II por la revolución de 1868 y habiendo establecido las Cortes la monarquía democrática el 11 de febrero de 1869, el general Prim, árbitro de la situación, se dedicó a buscar un titular idóneo en alguna casa real de Europa. Al no prosperar diversas candidaturas, comenzó a airearse el nombre de Leopoldo de Hohenzollern-Sigmaringen. Este era católico y se había casado con la princesa Antonia de Portugal. Pero desde el principio se pronunció en contra Napoleón III, quien ya se había opuesto a la candidatura de Montpensier por razones personales y dinásticas. Consideraba la de un Hollenzollern como atentatoria contra los intereses franceses. Aun así, fracasadas las otras opciones, Prim, con el apoyo de Sagasta y los progresistas, hizo una oferta concreta a Leopoldo en febrero de 1870.
Otto von Bismarck envió negociadores a Madrid en el mes de abril, cuyas gestiones fueron por tan buen camino que recibieron el espaldarazo del Rey de Prusia el 21 de junio. Y cuando sólo faltaba la aprobación del Congreso de los Diputados, una indiscreción de Ruiz Zorrilla puso sobre aviso al embajador francés, que informó con toda diligencia a París. Esto dio lugar a la oposición frontal de Napoleón III y, cuando el general Prim hizo pública la candidatura, el 6 de julio, Napoleón la consideró como el mayor de los agravios. Los Hohenzollern se apresuraron a renunciar, pero los ánimos estaban tan encrespados entre los dos países que un hecho menor, el llamado «Incidente de Ems», fue el casus belli de la Guerra franco-prusiana declarada el 19 de julio, que en Sedán le costaría la corona al Emperador francés.
Época de Pétain
Casi un siglo después, el castillo fue escenario de otra página dramática en la historia de Francia y Alemania en el momento en que, tras el desembarco de Normandía el 6 de junio de 1944, los nazis hubieron de batirse en retirada del territorio francés. En julio de ese año, la ciudad de Vichy, que había sido la sede del Gobierno colaboracionista establecido tras el armisticio, estaba casi abandonada y los alemanes decidieron establecer una nueva capital en Belfort. Con tal fin evacuaron, el 20 de agosto, al mariscal Philippe Pétain, jefe del Estado francés, y lo instalaron en el castillo de Morvillars, cerca de esa última ciudad. Pero la estancia fue breve porque debido al avance aliado Belfort se convirtió en zona de guerra y el viejo mariscal tuvo que soportar un nuevo traslado forzoso en septiembre, ahora ya a territorio alemán, concretamente a Sigmaringa.
La localidad de Sigmaringa fue entonces el refugio final de los colaboracionistas franceses que habían servido en el Régimen de Vichy, donde se instalaron en un «Comité gubernamental para protección de los intereses franceses en Alemania» en vista que Pétain se negó a actuar como jefe de Estado francés estando en territorio alemán. El castillo de Sigmaringen fue utilizado entonces para alojar a Pétain y a su esposa desde septiembre de 1944, siendo alojados en las habitaciones principales del castillo; el primer ministro de Vichy, Pierre Laval, también fue instalado en el castillo, aunque en una parte de menor tamaño.
El resto de los colaboracionistas franceses fue alojado apresuradamente en diversos edificios de la ciudad de Sigmaringa junto con centenares de civiles franceses pronazis que llegaban como refugiados, instalándose allí una especie de gobierno en el exilio, plagado de divisiones internas, y que ni siquiera controlaba a las tropas de colaboracionistas franceses que para entonces combatían al lado de la Wehrmacht en otros puntos de Alemania.
Hacia el final de la guerra en abril de 1945, tropas estadounidenses tomaron Sigmaringa y devolvieron a Francia a los colaboracionistas allí refugiados.
Edificio
Este castillo se asentó sobre unas ruinas de origen romano, si bien los restos actuales más antiguos datan de la Edad Media, y el cuerpo principal se inició en el Renacimiento, completándose en los siglos posteriores. El visitante entra en el recinto doblemente amurallado para llegar a un patio que constituye la puerta de acceso a la sala noble contemporánea. Junto a esta, el escudo de la familia y la divisa: «Nihil sine Deo». Llama la atención la huella de la actividad bélica de la familia propietaria, apreciable en la sala de los cañones y en la de armas, esta última con una impresionante colección de artículos de guerra recogidos a lo largo de los años. (Wikipedia)

Castillo de Sigmaringa
El castillo de Sigmaringa (en alemán: Schloss Sigmaringen) es una antigua fortaleza en el pequeño pueblo alemán de Sigmaringa (Baden-Wurtemberg), que fue la última sede del gobierno colaboracionista francés de Philippe Pétain durante la Segunda Guerra Mundial.
El castillo perteneció a una de las dos grandes ramas de los Hohenzollern, la de Suabia, que permaneció fiel a Roma tras la Reforma, mientras que los parientes de Prusia se pasaron al protestantismo. Estos últimos se apoderaron de las tierras eclesiásticas y formaron con ellas el ducado de Prusia, que sería el germen del Imperio alemán, en tanto que la rama de Suabia recibió de Carlos V el condado de Sigmaringen como premio por su fidelidad. Cuando Napoleón rediseñó el mapa político de Europa, les convirtió en Príncipes independientes, aunque la gloria fue muy efímera, pues en 1849 el territorio quedó agregado a Prusia. Fue ocupado por los suecos en 1632 y liberado por las tropas imperiales en 1633
La rama católica dio algunos personajes famosos: uno de ellos, san Fidelio, predicador de la Contrarreforma, asesinado por los protestantes. Este castillo sigue perteneciendo a los Hohenzollern Sigmaringen y su titular actual es el príncipe Jorge-Federico, quien ya no lo utiliza como residencia familiar, aunque sí para determinados actos sociales: bodas y celebraciones tienen lugar en el antiguo dormitorio que usaba durante sus estancias el emperador Guillermo I, y que se calentaba con una gigantesca estufa de loza. La decisión parece razonable si tenemos en cuenta que, aunque hoy esté abierto al disfrute de los visitantes, ha de cerrarse en invierno porque en su interior hace más frío que en las calles, y eso que tras el incendio de 1893 se instaló la electricidad. Por cierto, esa no fue la primera visita del fuego, hubo otra anterior en el siglo XVI que destruyó buena parte del castillo. De ahí que el visitante constate sin dificultades varias etapas constructivas.
Este castillo cambió la historia de un país, Rumania, después de que Moldavia y Valaquia se liberaran del protectorado ruso. Como consecuencia de la Paz de París en 1856, apareció en el mapa de Europa un nuevo Estado que, tras unos primeros años azarosos y tras el destronamiento del príncipe Cuza, encontró una dinastía con Carlos de Hohenzollern Sigmaringen. Hijo del príncipe Carlos Antonio, nació en este castillo en 1839. Con el apoyo de Napoleón III fue proclamado rey en 1866.
El castillo, en cambio, no pudo variar la historia de España, aunque poco le faltó. Destronada la reina Isabel II por la revolución de 1868 y habiendo establecido las Cortes la monarquía democrática el 11 de febrero de 1869, el general Prim, árbitro de la situación, se dedicó a buscar un titular idóneo en alguna casa real de Europa. Al no prosperar diversas candidaturas, comenzó a airearse el nombre de Leopoldo de Hohenzollern-Sigmaringen. Este era católico y se había casado con la princesa Antonia de Portugal. Pero desde el principio se pronunció en contra Napoleón III, quien ya se había opuesto a la candidatura de Montpensier por razones personales y dinásticas. Consideraba la de un Hollenzollern como atentatoria contra los intereses franceses. Aun así, fracasadas las otras opciones, Prim, con el apoyo de Sagasta y los progresistas, hizo una oferta concreta a Leopoldo en febrero de 1870.
Otto von Bismarck envió negociadores a Madrid en el mes de abril, cuyas gestiones fueron por tan buen camino que recibieron el espaldarazo del Rey de Prusia el 21 de junio. Y cuando sólo faltaba la aprobación del Congreso de los Diputados, una indiscreción de Ruiz Zorrilla puso sobre aviso al embajador francés, que informó con toda diligencia a París. Esto dio lugar a la oposición frontal de Napoleón III y, cuando el general Prim hizo pública la candidatura, el 6 de julio, Napoleón la consideró como el mayor de los agravios. Los Hohenzollern se apresuraron a renunciar, pero los ánimos estaban tan encrespados entre los dos países que un hecho menor, el llamado «Incidente de Ems», fue el casus belli de la Guerra franco-prusiana declarada el 19 de julio, que en Sedán le costaría la corona al Emperador francés.
Época de Pétain
Casi un siglo después, el castillo fue escenario de otra página dramática en la historia de Francia y Alemania en el momento en que, tras el desembarco de Normandía el 6 de junio de 1944, los nazis hubieron de batirse en retirada del territorio francés. En julio de ese año, la ciudad de Vichy, que había sido la sede del Gobierno colaboracionista establecido tras el armisticio, estaba casi abandonada y los alemanes decidieron establecer una nueva capital en Belfort. Con tal fin evacuaron, el 20 de agosto, al mariscal Philippe Pétain, jefe del Estado francés, y lo instalaron en el castillo de Morvillars, cerca de esa última ciudad. Pero la estancia fue breve porque debido al avance aliado Belfort se convirtió en zona de guerra y el viejo mariscal tuvo que soportar un nuevo traslado forzoso en septiembre, ahora ya a territorio alemán, concretamente a Sigmaringa.
La localidad de Sigmaringa fue entonces el refugio final de los colaboracionistas franceses que habían servido en el Régimen de Vichy, donde se instalaron en un «Comité gubernamental para protección de los intereses franceses en Alemania» en vista que Pétain se negó a actuar como jefe de Estado francés estando en territorio alemán. El castillo de Sigmaringen fue utilizado entonces para alojar a Pétain y a su esposa desde septiembre de 1944, siendo alojados en las habitaciones principales del castillo; el primer ministro de Vichy, Pierre Laval, también fue instalado en el castillo, aunque en una parte de menor tamaño.
El resto de los colaboracionistas franceses fue alojado apresuradamente en diversos edificios de la ciudad de Sigmaringa junto con centenares de civiles franceses pronazis que llegaban como refugiados, instalándose allí una especie de gobierno en el exilio, plagado de divisiones internas, y que ni siquiera controlaba a las tropas de colaboracionistas franceses que para entonces combatían al lado de la Wehrmacht en otros puntos de Alemania.
Hacia el final de la guerra en abril de 1945, tropas estadounidenses tomaron Sigmaringa y devolvieron a Francia a los colaboracionistas allí refugiados.
Edificio
Este castillo se asentó sobre unas ruinas de origen romano, si bien los restos actuales más antiguos datan de la Edad Media, y el cuerpo principal se inició en el Renacimiento, completándose en los siglos posteriores. El visitante entra en el recinto doblemente amurallado para llegar a un patio que constituye la puerta de acceso a la sala noble contemporánea. Junto a esta, el escudo de la familia y la divisa: «Nihil sine Deo». Llama la atención la huella de la actividad bélica de la familia propietaria, apreciable en la sala de los cañones y en la de armas, esta última con una impresionante colección de artículos de guerra recogidos a lo largo de los años. (Wikipedia)

- 28 Feb 2024 02:38:16 -
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0074- SIGMARINGEN - ALEMANIA -

--MARCO POLO-- posted a photo:

0074- SIGMARINGEN - ALEMANIA -

Castillo de Sigmaringa
El castillo de Sigmaringa (en alemán: Schloss Sigmaringen) es una antigua fortaleza en el pequeño pueblo alemán de Sigmaringa (Baden-Wurtemberg), que fue la última sede del gobierno colaboracionista francés de Philippe Pétain durante la Segunda Guerra Mundial.
El castillo perteneció a una de las dos grandes ramas de los Hohenzollern, la de Suabia, que permaneció fiel a Roma tras la Reforma, mientras que los parientes de Prusia se pasaron al protestantismo. Estos últimos se apoderaron de las tierras eclesiásticas y formaron con ellas el ducado de Prusia, que sería el germen del Imperio alemán, en tanto que la rama de Suabia recibió de Carlos V el condado de Sigmaringen como premio por su fidelidad. Cuando Napoleón rediseñó el mapa político de Europa, les convirtió en Príncipes independientes, aunque la gloria fue muy efímera, pues en 1849 el territorio quedó agregado a Prusia. Fue ocupado por los suecos en 1632 y liberado por las tropas imperiales en 1633
La rama católica dio algunos personajes famosos: uno de ellos, san Fidelio, predicador de la Contrarreforma, asesinado por los protestantes. Este castillo sigue perteneciendo a los Hohenzollern Sigmaringen y su titular actual es el príncipe Jorge-Federico, quien ya no lo utiliza como residencia familiar, aunque sí para determinados actos sociales: bodas y celebraciones tienen lugar en el antiguo dormitorio que usaba durante sus estancias el emperador Guillermo I, y que se calentaba con una gigantesca estufa de loza. La decisión parece razonable si tenemos en cuenta que, aunque hoy esté abierto al disfrute de los visitantes, ha de cerrarse en invierno porque en su interior hace más frío que en las calles, y eso que tras el incendio de 1893 se instaló la electricidad. Por cierto, esa no fue la primera visita del fuego, hubo otra anterior en el siglo XVI que destruyó buena parte del castillo. De ahí que el visitante constate sin dificultades varias etapas constructivas.
Este castillo cambió la historia de un país, Rumania, después de que Moldavia y Valaquia se liberaran del protectorado ruso. Como consecuencia de la Paz de París en 1856, apareció en el mapa de Europa un nuevo Estado que, tras unos primeros años azarosos y tras el destronamiento del príncipe Cuza, encontró una dinastía con Carlos de Hohenzollern Sigmaringen. Hijo del príncipe Carlos Antonio, nació en este castillo en 1839. Con el apoyo de Napoleón III fue proclamado rey en 1866.
El castillo, en cambio, no pudo variar la historia de España, aunque poco le faltó. Destronada la reina Isabel II por la revolución de 1868 y habiendo establecido las Cortes la monarquía democrática el 11 de febrero de 1869, el general Prim, árbitro de la situación, se dedicó a buscar un titular idóneo en alguna casa real de Europa. Al no prosperar diversas candidaturas, comenzó a airearse el nombre de Leopoldo de Hohenzollern-Sigmaringen. Este era católico y se había casado con la princesa Antonia de Portugal. Pero desde el principio se pronunció en contra Napoleón III, quien ya se había opuesto a la candidatura de Montpensier por razones personales y dinásticas. Consideraba la de un Hollenzollern como atentatoria contra los intereses franceses. Aun así, fracasadas las otras opciones, Prim, con el apoyo de Sagasta y los progresistas, hizo una oferta concreta a Leopoldo en febrero de 1870.
Otto von Bismarck envió negociadores a Madrid en el mes de abril, cuyas gestiones fueron por tan buen camino que recibieron el espaldarazo del Rey de Prusia el 21 de junio. Y cuando sólo faltaba la aprobación del Congreso de los Diputados, una indiscreción de Ruiz Zorrilla puso sobre aviso al embajador francés, que informó con toda diligencia a París. Esto dio lugar a la oposición frontal de Napoleón III y, cuando el general Prim hizo pública la candidatura, el 6 de julio, Napoleón la consideró como el mayor de los agravios. Los Hohenzollern se apresuraron a renunciar, pero los ánimos estaban tan encrespados entre los dos países que un hecho menor, el llamado «Incidente de Ems», fue el casus belli de la Guerra franco-prusiana declarada el 19 de julio, que en Sedán le costaría la corona al Emperador francés.
Época de Pétain
Casi un siglo después, el castillo fue escenario de otra página dramática en la historia de Francia y Alemania en el momento en que, tras el desembarco de Normandía el 6 de junio de 1944, los nazis hubieron de batirse en retirada del territorio francés. En julio de ese año, la ciudad de Vichy, que había sido la sede del Gobierno colaboracionista establecido tras el armisticio, estaba casi abandonada y los alemanes decidieron establecer una nueva capital en Belfort. Con tal fin evacuaron, el 20 de agosto, al mariscal Philippe Pétain, jefe del Estado francés, y lo instalaron en el castillo de Morvillars, cerca de esa última ciudad. Pero la estancia fue breve porque debido al avance aliado Belfort se convirtió en zona de guerra y el viejo mariscal tuvo que soportar un nuevo traslado forzoso en septiembre, ahora ya a territorio alemán, concretamente a Sigmaringa.
La localidad de Sigmaringa fue entonces el refugio final de los colaboracionistas franceses que habían servido en el Régimen de Vichy, donde se instalaron en un «Comité gubernamental para protección de los intereses franceses en Alemania» en vista que Pétain se negó a actuar como jefe de Estado francés estando en territorio alemán. El castillo de Sigmaringen fue utilizado entonces para alojar a Pétain y a su esposa desde septiembre de 1944, siendo alojados en las habitaciones principales del castillo; el primer ministro de Vichy, Pierre Laval, también fue instalado en el castillo, aunque en una parte de menor tamaño.
El resto de los colaboracionistas franceses fue alojado apresuradamente en diversos edificios de la ciudad de Sigmaringa junto con centenares de civiles franceses pronazis que llegaban como refugiados, instalándose allí una especie de gobierno en el exilio, plagado de divisiones internas, y que ni siquiera controlaba a las tropas de colaboracionistas franceses que para entonces combatían al lado de la Wehrmacht en otros puntos de Alemania.
Hacia el final de la guerra en abril de 1945, tropas estadounidenses tomaron Sigmaringa y devolvieron a Francia a los colaboracionistas allí refugiados.
Edificio
Este castillo se asentó sobre unas ruinas de origen romano, si bien los restos actuales más antiguos datan de la Edad Media, y el cuerpo principal se inició en el Renacimiento, completándose en los siglos posteriores. El visitante entra en el recinto doblemente amurallado para llegar a un patio que constituye la puerta de acceso a la sala noble contemporánea. Junto a esta, el escudo de la familia y la divisa: «Nihil sine Deo». Llama la atención la huella de la actividad bélica de la familia propietaria, apreciable en la sala de los cañones y en la de armas, esta última con una impresionante colección de artículos de guerra recogidos a lo largo de los años. (Wikipedia)

Castillo de Sigmaringa
El castillo de Sigmaringa (en alemán: Schloss Sigmaringen) es una antigua fortaleza en el pequeño pueblo alemán de Sigmaringa (Baden-Wurtemberg), que fue la última sede del gobierno colaboracionista francés de Philippe Pétain durante la Segunda Guerra Mundial.
El castillo perteneció a una de las dos grandes ramas de los Hohenzollern, la de Suabia, que permaneció fiel a Roma tras la Reforma, mientras que los parientes de Prusia se pasaron al protestantismo. Estos últimos se apoderaron de las tierras eclesiásticas y formaron con ellas el ducado de Prusia, que sería el germen del Imperio alemán, en tanto que la rama de Suabia recibió de Carlos V el condado de Sigmaringen como premio por su fidelidad. Cuando Napoleón rediseñó el mapa político de Europa, les convirtió en Príncipes independientes, aunque la gloria fue muy efímera, pues en 1849 el territorio quedó agregado a Prusia. Fue ocupado por los suecos en 1632 y liberado por las tropas imperiales en 1633
La rama católica dio algunos personajes famosos: uno de ellos, san Fidelio, predicador de la Contrarreforma, asesinado por los protestantes. Este castillo sigue perteneciendo a los Hohenzollern Sigmaringen y su titular actual es el príncipe Jorge-Federico, quien ya no lo utiliza como residencia familiar, aunque sí para determinados actos sociales: bodas y celebraciones tienen lugar en el antiguo dormitorio que usaba durante sus estancias el emperador Guillermo I, y que se calentaba con una gigantesca estufa de loza. La decisión parece razonable si tenemos en cuenta que, aunque hoy esté abierto al disfrute de los visitantes, ha de cerrarse en invierno porque en su interior hace más frío que en las calles, y eso que tras el incendio de 1893 se instaló la electricidad. Por cierto, esa no fue la primera visita del fuego, hubo otra anterior en el siglo XVI que destruyó buena parte del castillo. De ahí que el visitante constate sin dificultades varias etapas constructivas.
Este castillo cambió la historia de un país, Rumania, después de que Moldavia y Valaquia se liberaran del protectorado ruso. Como consecuencia de la Paz de París en 1856, apareció en el mapa de Europa un nuevo Estado que, tras unos primeros años azarosos y tras el destronamiento del príncipe Cuza, encontró una dinastía con Carlos de Hohenzollern Sigmaringen. Hijo del príncipe Carlos Antonio, nació en este castillo en 1839. Con el apoyo de Napoleón III fue proclamado rey en 1866.
El castillo, en cambio, no pudo variar la historia de España, aunque poco le faltó. Destronada la reina Isabel II por la revolución de 1868 y habiendo establecido las Cortes la monarquía democrática el 11 de febrero de 1869, el general Prim, árbitro de la situación, se dedicó a buscar un titular idóneo en alguna casa real de Europa. Al no prosperar diversas candidaturas, comenzó a airearse el nombre de Leopoldo de Hohenzollern-Sigmaringen. Este era católico y se había casado con la princesa Antonia de Portugal. Pero desde el principio se pronunció en contra Napoleón III, quien ya se había opuesto a la candidatura de Montpensier por razones personales y dinásticas. Consideraba la de un Hollenzollern como atentatoria contra los intereses franceses. Aun así, fracasadas las otras opciones, Prim, con el apoyo de Sagasta y los progresistas, hizo una oferta concreta a Leopoldo en febrero de 1870.
Otto von Bismarck envió negociadores a Madrid en el mes de abril, cuyas gestiones fueron por tan buen camino que recibieron el espaldarazo del Rey de Prusia el 21 de junio. Y cuando sólo faltaba la aprobación del Congreso de los Diputados, una indiscreción de Ruiz Zorrilla puso sobre aviso al embajador francés, que informó con toda diligencia a París. Esto dio lugar a la oposición frontal de Napoleón III y, cuando el general Prim hizo pública la candidatura, el 6 de julio, Napoleón la consideró como el mayor de los agravios. Los Hohenzollern se apresuraron a renunciar, pero los ánimos estaban tan encrespados entre los dos países que un hecho menor, el llamado «Incidente de Ems», fue el casus belli de la Guerra franco-prusiana declarada el 19 de julio, que en Sedán le costaría la corona al Emperador francés.
Época de Pétain
Casi un siglo después, el castillo fue escenario de otra página dramática en la historia de Francia y Alemania en el momento en que, tras el desembarco de Normandía el 6 de junio de 1944, los nazis hubieron de batirse en retirada del territorio francés. En julio de ese año, la ciudad de Vichy, que había sido la sede del Gobierno colaboracionista establecido tras el armisticio, estaba casi abandonada y los alemanes decidieron establecer una nueva capital en Belfort. Con tal fin evacuaron, el 20 de agosto, al mariscal Philippe Pétain, jefe del Estado francés, y lo instalaron en el castillo de Morvillars, cerca de esa última ciudad. Pero la estancia fue breve porque debido al avance aliado Belfort se convirtió en zona de guerra y el viejo mariscal tuvo que soportar un nuevo traslado forzoso en septiembre, ahora ya a territorio alemán, concretamente a Sigmaringa.
La localidad de Sigmaringa fue entonces el refugio final de los colaboracionistas franceses que habían servido en el Régimen de Vichy, donde se instalaron en un «Comité gubernamental para protección de los intereses franceses en Alemania» en vista que Pétain se negó a actuar como jefe de Estado francés estando en territorio alemán. El castillo de Sigmaringen fue utilizado entonces para alojar a Pétain y a su esposa desde septiembre de 1944, siendo alojados en las habitaciones principales del castillo; el primer ministro de Vichy, Pierre Laval, también fue instalado en el castillo, aunque en una parte de menor tamaño.
El resto de los colaboracionistas franceses fue alojado apresuradamente en diversos edificios de la ciudad de Sigmaringa junto con centenares de civiles franceses pronazis que llegaban como refugiados, instalándose allí una especie de gobierno en el exilio, plagado de divisiones internas, y que ni siquiera controlaba a las tropas de colaboracionistas franceses que para entonces combatían al lado de la Wehrmacht en otros puntos de Alemania.
Hacia el final de la guerra en abril de 1945, tropas estadounidenses tomaron Sigmaringa y devolvieron a Francia a los colaboracionistas allí refugiados.
Edificio
Este castillo se asentó sobre unas ruinas de origen romano, si bien los restos actuales más antiguos datan de la Edad Media, y el cuerpo principal se inició en el Renacimiento, completándose en los siglos posteriores. El visitante entra en el recinto doblemente amurallado para llegar a un patio que constituye la puerta de acceso a la sala noble contemporánea. Junto a esta, el escudo de la familia y la divisa: «Nihil sine Deo». Llama la atención la huella de la actividad bélica de la familia propietaria, apreciable en la sala de los cañones y en la de armas, esta última con una impresionante colección de artículos de guerra recogidos a lo largo de los años. (Wikipedia)

- 28 Feb 2024 02:38:16 -
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0077 - Kirche St. Johann- SIGMARINGEN

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0077 - Kirche St. Johann-  SIGMARINGEN

Castillo de Sigmaringa
El castillo de Sigmaringa (en alemán: Schloss Sigmaringen) es una antigua fortaleza en el pequeño pueblo alemán de Sigmaringa (Baden-Wurtemberg), que fue la última sede del gobierno colaboracionista francés de Philippe Pétain durante la Segunda Guerra Mundial.
El castillo perteneció a una de las dos grandes ramas de los Hohenzollern, la de Suabia, que permaneció fiel a Roma tras la Reforma, mientras que los parientes de Prusia se pasaron al protestantismo. Estos últimos se apoderaron de las tierras eclesiásticas y formaron con ellas el ducado de Prusia, que sería el germen del Imperio alemán, en tanto que la rama de Suabia recibió de Carlos V el condado de Sigmaringen como premio por su fidelidad. Cuando Napoleón rediseñó el mapa político de Europa, les convirtió en Príncipes independientes, aunque la gloria fue muy efímera, pues en 1849 el territorio quedó agregado a Prusia. Fue ocupado por los suecos en 1632 y liberado por las tropas imperiales en 1633
La rama católica dio algunos personajes famosos: uno de ellos, san Fidelio, predicador de la Contrarreforma, asesinado por los protestantes. Este castillo sigue perteneciendo a los Hohenzollern Sigmaringen y su titular actual es el príncipe Jorge-Federico, quien ya no lo utiliza como residencia familiar, aunque sí para determinados actos sociales: bodas y celebraciones tienen lugar en el antiguo dormitorio que usaba durante sus estancias el emperador Guillermo I, y que se calentaba con una gigantesca estufa de loza. La decisión parece razonable si tenemos en cuenta que, aunque hoy esté abierto al disfrute de los visitantes, ha de cerrarse en invierno porque en su interior hace más frío que en las calles, y eso que tras el incendio de 1893 se instaló la electricidad. Por cierto, esa no fue la primera visita del fuego, hubo otra anterior en el siglo XVI que destruyó buena parte del castillo. De ahí que el visitante constate sin dificultades varias etapas constructivas.
Este castillo cambió la historia de un país, Rumania, después de que Moldavia y Valaquia se liberaran del protectorado ruso. Como consecuencia de la Paz de París en 1856, apareció en el mapa de Europa un nuevo Estado que, tras unos primeros años azarosos y tras el destronamiento del príncipe Cuza, encontró una dinastía con Carlos de Hohenzollern Sigmaringen. Hijo del príncipe Carlos Antonio, nació en este castillo en 1839. Con el apoyo de Napoleón III fue proclamado rey en 1866.
El castillo, en cambio, no pudo variar la historia de España, aunque poco le faltó. Destronada la reina Isabel II por la revolución de 1868 y habiendo establecido las Cortes la monarquía democrática el 11 de febrero de 1869, el general Prim, árbitro de la situación, se dedicó a buscar un titular idóneo en alguna casa real de Europa. Al no prosperar diversas candidaturas, comenzó a airearse el nombre de Leopoldo de Hohenzollern-Sigmaringen. Este era católico y se había casado con la princesa Antonia de Portugal. Pero desde el principio se pronunció en contra Napoleón III, quien ya se había opuesto a la candidatura de Montpensier por razones personales y dinásticas. Consideraba la de un Hollenzollern como atentatoria contra los intereses franceses. Aun así, fracasadas las otras opciones, Prim, con el apoyo de Sagasta y los progresistas, hizo una oferta concreta a Leopoldo en febrero de 1870.
Otto von Bismarck envió negociadores a Madrid en el mes de abril, cuyas gestiones fueron por tan buen camino que recibieron el espaldarazo del Rey de Prusia el 21 de junio. Y cuando sólo faltaba la aprobación del Congreso de los Diputados, una indiscreción de Ruiz Zorrilla puso sobre aviso al embajador francés, que informó con toda diligencia a París. Esto dio lugar a la oposición frontal de Napoleón III y, cuando el general Prim hizo pública la candidatura, el 6 de julio, Napoleón la consideró como el mayor de los agravios. Los Hohenzollern se apresuraron a renunciar, pero los ánimos estaban tan encrespados entre los dos países que un hecho menor, el llamado «Incidente de Ems», fue el casus belli de la Guerra franco-prusiana declarada el 19 de julio, que en Sedán le costaría la corona al Emperador francés.
Época de Pétain
Casi un siglo después, el castillo fue escenario de otra página dramática en la historia de Francia y Alemania en el momento en que, tras el desembarco de Normandía el 6 de junio de 1944, los nazis hubieron de batirse en retirada del territorio francés. En julio de ese año, la ciudad de Vichy, que había sido la sede del Gobierno colaboracionista establecido tras el armisticio, estaba casi abandonada y los alemanes decidieron establecer una nueva capital en Belfort. Con tal fin evacuaron, el 20 de agosto, al mariscal Philippe Pétain, jefe del Estado francés, y lo instalaron en el castillo de Morvillars, cerca de esa última ciudad. Pero la estancia fue breve porque debido al avance aliado Belfort se convirtió en zona de guerra y el viejo mariscal tuvo que soportar un nuevo traslado forzoso en septiembre, ahora ya a territorio alemán, concretamente a Sigmaringa.
La localidad de Sigmaringa fue entonces el refugio final de los colaboracionistas franceses que habían servido en el Régimen de Vichy, donde se instalaron en un «Comité gubernamental para protección de los intereses franceses en Alemania» en vista que Pétain se negó a actuar como jefe de Estado francés estando en territorio alemán. El castillo de Sigmaringen fue utilizado entonces para alojar a Pétain y a su esposa desde septiembre de 1944, siendo alojados en las habitaciones principales del castillo; el primer ministro de Vichy, Pierre Laval, también fue instalado en el castillo, aunque en una parte de menor tamaño.
El resto de los colaboracionistas franceses fue alojado apresuradamente en diversos edificios de la ciudad de Sigmaringa junto con centenares de civiles franceses pronazis que llegaban como refugiados, instalándose allí una especie de gobierno en el exilio, plagado de divisiones internas, y que ni siquiera controlaba a las tropas de colaboracionistas franceses que para entonces combatían al lado de la Wehrmacht en otros puntos de Alemania.
Hacia el final de la guerra en abril de 1945, tropas estadounidenses tomaron Sigmaringa y devolvieron a Francia a los colaboracionistas allí refugiados.
Edificio
Este castillo se asentó sobre unas ruinas de origen romano, si bien los restos actuales más antiguos datan de la Edad Media, y el cuerpo principal se inició en el Renacimiento, completándose en los siglos posteriores. El visitante entra en el recinto doblemente amurallado para llegar a un patio que constituye la puerta de acceso a la sala noble contemporánea. Junto a esta, el escudo de la familia y la divisa: «Nihil sine Deo». Llama la atención la huella de la actividad bélica de la familia propietaria, apreciable en la sala de los cañones y en la de armas, esta última con una impresionante colección de artículos de guerra recogidos a lo largo de los años. (Wikipedia)

Castillo de Sigmaringa
El castillo de Sigmaringa (en alemán: Schloss Sigmaringen) es una antigua fortaleza en el pequeño pueblo alemán de Sigmaringa (Baden-Wurtemberg), que fue la última sede del gobierno colaboracionista francés de Philippe Pétain durante la Segunda Guerra Mundial.
El castillo perteneció a una de las dos grandes ramas de los Hohenzollern, la de Suabia, que permaneció fiel a Roma tras la Reforma, mientras que los parientes de Prusia se pasaron al protestantismo. Estos últimos se apoderaron de las tierras eclesiásticas y formaron con ellas el ducado de Prusia, que sería el germen del Imperio alemán, en tanto que la rama de Suabia recibió de Carlos V el condado de Sigmaringen como premio por su fidelidad. Cuando Napoleón rediseñó el mapa político de Europa, les convirtió en Príncipes independientes, aunque la gloria fue muy efímera, pues en 1849 el territorio quedó agregado a Prusia. Fue ocupado por los suecos en 1632 y liberado por las tropas imperiales en 1633
La rama católica dio algunos personajes famosos: uno de ellos, san Fidelio, predicador de la Contrarreforma, asesinado por los protestantes. Este castillo sigue perteneciendo a los Hohenzollern Sigmaringen y su titular actual es el príncipe Jorge-Federico, quien ya no lo utiliza como residencia familiar, aunque sí para determinados actos sociales: bodas y celebraciones tienen lugar en el antiguo dormitorio que usaba durante sus estancias el emperador Guillermo I, y que se calentaba con una gigantesca estufa de loza. La decisión parece razonable si tenemos en cuenta que, aunque hoy esté abierto al disfrute de los visitantes, ha de cerrarse en invierno porque en su interior hace más frío que en las calles, y eso que tras el incendio de 1893 se instaló la electricidad. Por cierto, esa no fue la primera visita del fuego, hubo otra anterior en el siglo XVI que destruyó buena parte del castillo. De ahí que el visitante constate sin dificultades varias etapas constructivas.
Este castillo cambió la historia de un país, Rumania, después de que Moldavia y Valaquia se liberaran del protectorado ruso. Como consecuencia de la Paz de París en 1856, apareció en el mapa de Europa un nuevo Estado que, tras unos primeros años azarosos y tras el destronamiento del príncipe Cuza, encontró una dinastía con Carlos de Hohenzollern Sigmaringen. Hijo del príncipe Carlos Antonio, nació en este castillo en 1839. Con el apoyo de Napoleón III fue proclamado rey en 1866.
El castillo, en cambio, no pudo variar la historia de España, aunque poco le faltó. Destronada la reina Isabel II por la revolución de 1868 y habiendo establecido las Cortes la monarquía democrática el 11 de febrero de 1869, el general Prim, árbitro de la situación, se dedicó a buscar un titular idóneo en alguna casa real de Europa. Al no prosperar diversas candidaturas, comenzó a airearse el nombre de Leopoldo de Hohenzollern-Sigmaringen. Este era católico y se había casado con la princesa Antonia de Portugal. Pero desde el principio se pronunció en contra Napoleón III, quien ya se había opuesto a la candidatura de Montpensier por razones personales y dinásticas. Consideraba la de un Hollenzollern como atentatoria contra los intereses franceses. Aun así, fracasadas las otras opciones, Prim, con el apoyo de Sagasta y los progresistas, hizo una oferta concreta a Leopoldo en febrero de 1870.
Otto von Bismarck envió negociadores a Madrid en el mes de abril, cuyas gestiones fueron por tan buen camino que recibieron el espaldarazo del Rey de Prusia el 21 de junio. Y cuando sólo faltaba la aprobación del Congreso de los Diputados, una indiscreción de Ruiz Zorrilla puso sobre aviso al embajador francés, que informó con toda diligencia a París. Esto dio lugar a la oposición frontal de Napoleón III y, cuando el general Prim hizo pública la candidatura, el 6 de julio, Napoleón la consideró como el mayor de los agravios. Los Hohenzollern se apresuraron a renunciar, pero los ánimos estaban tan encrespados entre los dos países que un hecho menor, el llamado «Incidente de Ems», fue el casus belli de la Guerra franco-prusiana declarada el 19 de julio, que en Sedán le costaría la corona al Emperador francés.
Época de Pétain
Casi un siglo después, el castillo fue escenario de otra página dramática en la historia de Francia y Alemania en el momento en que, tras el desembarco de Normandía el 6 de junio de 1944, los nazis hubieron de batirse en retirada del territorio francés. En julio de ese año, la ciudad de Vichy, que había sido la sede del Gobierno colaboracionista establecido tras el armisticio, estaba casi abandonada y los alemanes decidieron establecer una nueva capital en Belfort. Con tal fin evacuaron, el 20 de agosto, al mariscal Philippe Pétain, jefe del Estado francés, y lo instalaron en el castillo de Morvillars, cerca de esa última ciudad. Pero la estancia fue breve porque debido al avance aliado Belfort se convirtió en zona de guerra y el viejo mariscal tuvo que soportar un nuevo traslado forzoso en septiembre, ahora ya a territorio alemán, concretamente a Sigmaringa.
La localidad de Sigmaringa fue entonces el refugio final de los colaboracionistas franceses que habían servido en el Régimen de Vichy, donde se instalaron en un «Comité gubernamental para protección de los intereses franceses en Alemania» en vista que Pétain se negó a actuar como jefe de Estado francés estando en territorio alemán. El castillo de Sigmaringen fue utilizado entonces para alojar a Pétain y a su esposa desde septiembre de 1944, siendo alojados en las habitaciones principales del castillo; el primer ministro de Vichy, Pierre Laval, también fue instalado en el castillo, aunque en una parte de menor tamaño.
El resto de los colaboracionistas franceses fue alojado apresuradamente en diversos edificios de la ciudad de Sigmaringa junto con centenares de civiles franceses pronazis que llegaban como refugiados, instalándose allí una especie de gobierno en el exilio, plagado de divisiones internas, y que ni siquiera controlaba a las tropas de colaboracionistas franceses que para entonces combatían al lado de la Wehrmacht en otros puntos de Alemania.
Hacia el final de la guerra en abril de 1945, tropas estadounidenses tomaron Sigmaringa y devolvieron a Francia a los colaboracionistas allí refugiados.
Edificio
Este castillo se asentó sobre unas ruinas de origen romano, si bien los restos actuales más antiguos datan de la Edad Media, y el cuerpo principal se inició en el Renacimiento, completándose en los siglos posteriores. El visitante entra en el recinto doblemente amurallado para llegar a un patio que constituye la puerta de acceso a la sala noble contemporánea. Junto a esta, el escudo de la familia y la divisa: «Nihil sine Deo». Llama la atención la huella de la actividad bélica de la familia propietaria, apreciable en la sala de los cañones y en la de armas, esta última con una impresionante colección de artículos de guerra recogidos a lo largo de los años. (Wikipedia)

- 28 Feb 2024 02:38:17 -
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076- SCHLOSS SIGMARINGEN

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076- SCHLOSS SIGMARINGEN

Castillo de Sigmaringa
El castillo de Sigmaringa (en alemán: Schloss Sigmaringen) es una antigua fortaleza en el pequeño pueblo alemán de Sigmaringa (Baden-Wurtemberg), que fue la última sede del gobierno colaboracionista francés de Philippe Pétain durante la Segunda Guerra Mundial.
El castillo perteneció a una de las dos grandes ramas de los Hohenzollern, la de Suabia, que permaneció fiel a Roma tras la Reforma, mientras que los parientes de Prusia se pasaron al protestantismo. Estos últimos se apoderaron de las tierras eclesiásticas y formaron con ellas el ducado de Prusia, que sería el germen del Imperio alemán, en tanto que la rama de Suabia recibió de Carlos V el condado de Sigmaringen como premio por su fidelidad. Cuando Napoleón rediseñó el mapa político de Europa, les convirtió en Príncipes independientes, aunque la gloria fue muy efímera, pues en 1849 el territorio quedó agregado a Prusia. Fue ocupado por los suecos en 1632 y liberado por las tropas imperiales en 1633
La rama católica dio algunos personajes famosos: uno de ellos, san Fidelio, predicador de la Contrarreforma, asesinado por los protestantes. Este castillo sigue perteneciendo a los Hohenzollern Sigmaringen y su titular actual es el príncipe Jorge-Federico, quien ya no lo utiliza como residencia familiar, aunque sí para determinados actos sociales: bodas y celebraciones tienen lugar en el antiguo dormitorio que usaba durante sus estancias el emperador Guillermo I, y que se calentaba con una gigantesca estufa de loza. La decisión parece razonable si tenemos en cuenta que, aunque hoy esté abierto al disfrute de los visitantes, ha de cerrarse en invierno porque en su interior hace más frío que en las calles, y eso que tras el incendio de 1893 se instaló la electricidad. Por cierto, esa no fue la primera visita del fuego, hubo otra anterior en el siglo XVI que destruyó buena parte del castillo. De ahí que el visitante constate sin dificultades varias etapas constructivas.
Este castillo cambió la historia de un país, Rumania, después de que Moldavia y Valaquia se liberaran del protectorado ruso. Como consecuencia de la Paz de París en 1856, apareció en el mapa de Europa un nuevo Estado que, tras unos primeros años azarosos y tras el destronamiento del príncipe Cuza, encontró una dinastía con Carlos de Hohenzollern Sigmaringen. Hijo del príncipe Carlos Antonio, nació en este castillo en 1839. Con el apoyo de Napoleón III fue proclamado rey en 1866.
El castillo, en cambio, no pudo variar la historia de España, aunque poco le faltó. Destronada la reina Isabel II por la revolución de 1868 y habiendo establecido las Cortes la monarquía democrática el 11 de febrero de 1869, el general Prim, árbitro de la situación, se dedicó a buscar un titular idóneo en alguna casa real de Europa. Al no prosperar diversas candidaturas, comenzó a airearse el nombre de Leopoldo de Hohenzollern-Sigmaringen. Este era católico y se había casado con la princesa Antonia de Portugal. Pero desde el principio se pronunció en contra Napoleón III, quien ya se había opuesto a la candidatura de Montpensier por razones personales y dinásticas. Consideraba la de un Hollenzollern como atentatoria contra los intereses franceses. Aun así, fracasadas las otras opciones, Prim, con el apoyo de Sagasta y los progresistas, hizo una oferta concreta a Leopoldo en febrero de 1870.
Otto von Bismarck envió negociadores a Madrid en el mes de abril, cuyas gestiones fueron por tan buen camino que recibieron el espaldarazo del Rey de Prusia el 21 de junio. Y cuando sólo faltaba la aprobación del Congreso de los Diputados, una indiscreción de Ruiz Zorrilla puso sobre aviso al embajador francés, que informó con toda diligencia a París. Esto dio lugar a la oposición frontal de Napoleón III y, cuando el general Prim hizo pública la candidatura, el 6 de julio, Napoleón la consideró como el mayor de los agravios. Los Hohenzollern se apresuraron a renunciar, pero los ánimos estaban tan encrespados entre los dos países que un hecho menor, el llamado «Incidente de Ems», fue el casus belli de la Guerra franco-prusiana declarada el 19 de julio, que en Sedán le costaría la corona al Emperador francés.
Época de Pétain
Casi un siglo después, el castillo fue escenario de otra página dramática en la historia de Francia y Alemania en el momento en que, tras el desembarco de Normandía el 6 de junio de 1944, los nazis hubieron de batirse en retirada del territorio francés. En julio de ese año, la ciudad de Vichy, que había sido la sede del Gobierno colaboracionista establecido tras el armisticio, estaba casi abandonada y los alemanes decidieron establecer una nueva capital en Belfort. Con tal fin evacuaron, el 20 de agosto, al mariscal Philippe Pétain, jefe del Estado francés, y lo instalaron en el castillo de Morvillars, cerca de esa última ciudad. Pero la estancia fue breve porque debido al avance aliado Belfort se convirtió en zona de guerra y el viejo mariscal tuvo que soportar un nuevo traslado forzoso en septiembre, ahora ya a territorio alemán, concretamente a Sigmaringa.
La localidad de Sigmaringa fue entonces el refugio final de los colaboracionistas franceses que habían servido en el Régimen de Vichy, donde se instalaron en un «Comité gubernamental para protección de los intereses franceses en Alemania» en vista que Pétain se negó a actuar como jefe de Estado francés estando en territorio alemán. El castillo de Sigmaringen fue utilizado entonces para alojar a Pétain y a su esposa desde septiembre de 1944, siendo alojados en las habitaciones principales del castillo; el primer ministro de Vichy, Pierre Laval, también fue instalado en el castillo, aunque en una parte de menor tamaño.
El resto de los colaboracionistas franceses fue alojado apresuradamente en diversos edificios de la ciudad de Sigmaringa junto con centenares de civiles franceses pronazis que llegaban como refugiados, instalándose allí una especie de gobierno en el exilio, plagado de divisiones internas, y que ni siquiera controlaba a las tropas de colaboracionistas franceses que para entonces combatían al lado de la Wehrmacht en otros puntos de Alemania.
Hacia el final de la guerra en abril de 1945, tropas estadounidenses tomaron Sigmaringa y devolvieron a Francia a los colaboracionistas allí refugiados.
Edificio
Este castillo se asentó sobre unas ruinas de origen romano, si bien los restos actuales más antiguos datan de la Edad Media, y el cuerpo principal se inició en el Renacimiento, completándose en los siglos posteriores. El visitante entra en el recinto doblemente amurallado para llegar a un patio que constituye la puerta de acceso a la sala noble contemporánea. Junto a esta, el escudo de la familia y la divisa: «Nihil sine Deo». Llama la atención la huella de la actividad bélica de la familia propietaria, apreciable en la sala de los cañones y en la de armas, esta última con una impresionante colección de artículos de guerra recogidos a lo largo de los años. (Wikipedia)

Castillo de Sigmaringa
El castillo de Sigmaringa (en alemán: Schloss Sigmaringen) es una antigua fortaleza en el pequeño pueblo alemán de Sigmaringa (Baden-Wurtemberg), que fue la última sede del gobierno colaboracionista francés de Philippe Pétain durante la Segunda Guerra Mundial.
El castillo perteneció a una de las dos grandes ramas de los Hohenzollern, la de Suabia, que permaneció fiel a Roma tras la Reforma, mientras que los parientes de Prusia se pasaron al protestantismo. Estos últimos se apoderaron de las tierras eclesiásticas y formaron con ellas el ducado de Prusia, que sería el germen del Imperio alemán, en tanto que la rama de Suabia recibió de Carlos V el condado de Sigmaringen como premio por su fidelidad. Cuando Napoleón rediseñó el mapa político de Europa, les convirtió en Príncipes independientes, aunque la gloria fue muy efímera, pues en 1849 el territorio quedó agregado a Prusia. Fue ocupado por los suecos en 1632 y liberado por las tropas imperiales en 1633
La rama católica dio algunos personajes famosos: uno de ellos, san Fidelio, predicador de la Contrarreforma, asesinado por los protestantes. Este castillo sigue perteneciendo a los Hohenzollern Sigmaringen y su titular actual es el príncipe Jorge-Federico, quien ya no lo utiliza como residencia familiar, aunque sí para determinados actos sociales: bodas y celebraciones tienen lugar en el antiguo dormitorio que usaba durante sus estancias el emperador Guillermo I, y que se calentaba con una gigantesca estufa de loza. La decisión parece razonable si tenemos en cuenta que, aunque hoy esté abierto al disfrute de los visitantes, ha de cerrarse en invierno porque en su interior hace más frío que en las calles, y eso que tras el incendio de 1893 se instaló la electricidad. Por cierto, esa no fue la primera visita del fuego, hubo otra anterior en el siglo XVI que destruyó buena parte del castillo. De ahí que el visitante constate sin dificultades varias etapas constructivas.
Este castillo cambió la historia de un país, Rumania, después de que Moldavia y Valaquia se liberaran del protectorado ruso. Como consecuencia de la Paz de París en 1856, apareció en el mapa de Europa un nuevo Estado que, tras unos primeros años azarosos y tras el destronamiento del príncipe Cuza, encontró una dinastía con Carlos de Hohenzollern Sigmaringen. Hijo del príncipe Carlos Antonio, nació en este castillo en 1839. Con el apoyo de Napoleón III fue proclamado rey en 1866.
El castillo, en cambio, no pudo variar la historia de España, aunque poco le faltó. Destronada la reina Isabel II por la revolución de 1868 y habiendo establecido las Cortes la monarquía democrática el 11 de febrero de 1869, el general Prim, árbitro de la situación, se dedicó a buscar un titular idóneo en alguna casa real de Europa. Al no prosperar diversas candidaturas, comenzó a airearse el nombre de Leopoldo de Hohenzollern-Sigmaringen. Este era católico y se había casado con la princesa Antonia de Portugal. Pero desde el principio se pronunció en contra Napoleón III, quien ya se había opuesto a la candidatura de Montpensier por razones personales y dinásticas. Consideraba la de un Hollenzollern como atentatoria contra los intereses franceses. Aun así, fracasadas las otras opciones, Prim, con el apoyo de Sagasta y los progresistas, hizo una oferta concreta a Leopoldo en febrero de 1870.
Otto von Bismarck envió negociadores a Madrid en el mes de abril, cuyas gestiones fueron por tan buen camino que recibieron el espaldarazo del Rey de Prusia el 21 de junio. Y cuando sólo faltaba la aprobación del Congreso de los Diputados, una indiscreción de Ruiz Zorrilla puso sobre aviso al embajador francés, que informó con toda diligencia a París. Esto dio lugar a la oposición frontal de Napoleón III y, cuando el general Prim hizo pública la candidatura, el 6 de julio, Napoleón la consideró como el mayor de los agravios. Los Hohenzollern se apresuraron a renunciar, pero los ánimos estaban tan encrespados entre los dos países que un hecho menor, el llamado «Incidente de Ems», fue el casus belli de la Guerra franco-prusiana declarada el 19 de julio, que en Sedán le costaría la corona al Emperador francés.
Época de Pétain
Casi un siglo después, el castillo fue escenario de otra página dramática en la historia de Francia y Alemania en el momento en que, tras el desembarco de Normandía el 6 de junio de 1944, los nazis hubieron de batirse en retirada del territorio francés. En julio de ese año, la ciudad de Vichy, que había sido la sede del Gobierno colaboracionista establecido tras el armisticio, estaba casi abandonada y los alemanes decidieron establecer una nueva capital en Belfort. Con tal fin evacuaron, el 20 de agosto, al mariscal Philippe Pétain, jefe del Estado francés, y lo instalaron en el castillo de Morvillars, cerca de esa última ciudad. Pero la estancia fue breve porque debido al avance aliado Belfort se convirtió en zona de guerra y el viejo mariscal tuvo que soportar un nuevo traslado forzoso en septiembre, ahora ya a territorio alemán, concretamente a Sigmaringa.
La localidad de Sigmaringa fue entonces el refugio final de los colaboracionistas franceses que habían servido en el Régimen de Vichy, donde se instalaron en un «Comité gubernamental para protección de los intereses franceses en Alemania» en vista que Pétain se negó a actuar como jefe de Estado francés estando en territorio alemán. El castillo de Sigmaringen fue utilizado entonces para alojar a Pétain y a su esposa desde septiembre de 1944, siendo alojados en las habitaciones principales del castillo; el primer ministro de Vichy, Pierre Laval, también fue instalado en el castillo, aunque en una parte de menor tamaño.
El resto de los colaboracionistas franceses fue alojado apresuradamente en diversos edificios de la ciudad de Sigmaringa junto con centenares de civiles franceses pronazis que llegaban como refugiados, instalándose allí una especie de gobierno en el exilio, plagado de divisiones internas, y que ni siquiera controlaba a las tropas de colaboracionistas franceses que para entonces combatían al lado de la Wehrmacht en otros puntos de Alemania.
Hacia el final de la guerra en abril de 1945, tropas estadounidenses tomaron Sigmaringa y devolvieron a Francia a los colaboracionistas allí refugiados.
Edificio
Este castillo se asentó sobre unas ruinas de origen romano, si bien los restos actuales más antiguos datan de la Edad Media, y el cuerpo principal se inició en el Renacimiento, completándose en los siglos posteriores. El visitante entra en el recinto doblemente amurallado para llegar a un patio que constituye la puerta de acceso a la sala noble contemporánea. Junto a esta, el escudo de la familia y la divisa: «Nihil sine Deo». Llama la atención la huella de la actividad bélica de la familia propietaria, apreciable en la sala de los cañones y en la de armas, esta última con una impresionante colección de artículos de guerra recogidos a lo largo de los años. (Wikipedia)

- 28 Feb 2024 02:38:17 -
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Hohenzollernschloss Sigmaringen im Abendlicht

flyfisherman markus posted a photo:

Hohenzollernschloss Sigmaringen im Abendlicht

- 17 Feb 2024 08:21:50 -
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Schloss Hohenzollern

sylvie457 posted a photo:

Schloss Hohenzollern

- 04 Feb 2024 12:46:14 -
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Rathaus Sigmaringen...

Rainer Fritz posted a photo:

Rathaus Sigmaringen...

20230915_171347-2-2.jpg

- 29 Jan 2024 02:18:27 -
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Detail einer Kutsche / Detail of a Carriage...

Rainer Fritz posted a photo:

Detail einer Kutsche / Detail of a Carriage...

Schloß Simagringen
Sammlung Berliner Prunkschlitten, Kutschen und Sänften des preußischen Königshauses vom späten 17. bis zum Ende des 18. Jahrhunderts
20230916_103816.jpg

- 26 Jan 2024 23:11:33 -
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simply royal

judith.kuhn posted a photo:

simply royal

I had planned to take photos at Hohenzollern Castle in Hechingen at sunrise. I was hoping that the castle would be surrounded by a sea of fog. When I arrived at the Zellerhorn viewpoint about an hour before sunrise, there were only a few small fog banks in the valley. I waited a little longer and observed the situation. Although the fog increased slightly in the valley, it quickly became clear that it would not make it up to the castle that day. So I headed home before sunrise without a single picture. On the way I passed Sigmaringen and the Hohenzollern Palace there, the administrative seat of the Princes of Hohenzollern. The sun had recently risen and a few high clouds had gathered in the meantime - the timing was perfect and the conditions were right...

- 12 Jan 2024 06:01:17 -
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Sigmaringen Castle, Baden-Württemberg. October 2023

stevefaradaysketches posted a photo:

Sigmaringen Castle, Baden-Württemberg. October 2023

- 11 Jan 2024 23:22:39 -
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Schloß Sigmaringen

julkiev posted a photo:

Schloß Sigmaringen

Sigmaringen Castle (German: Schloss Sigmaringen) was the princely castle and seat of government for the Princes of Hohenzollern-Sigmaringen. Situated in the Swabian Alb region of Baden-Württemberg, Germany. The castle was rebuilt following a fire in 1893, and only the towers of the earlier medieval fortress remain.

- 05 Jan 2024 01:49:44 -
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Jörk Braukmann, Sigmaringen Castle, Sigmaringen, Germany

ali eminov posted a photo:

Jörk Braukmann, Sigmaringen Castle, Sigmaringen, Germany

Sigmaringen Castle was the princely castle and seat of government for the Princes of Hohenzollern-Sigmaringen. Situated in the Swabian Alb region of Baden-Württemberg, Germany, this castle dominates the skyline of the town of Sigmaringen. Wikipedia
en.wikipedia.org/wiki/File:Schloss_Sigmaringen_2022.jpg

- 19 Nov 2023 19:09:24 -
Fotos by www.flickr.com
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